Con más de 700.000 colocaciones de implantes al año, España es líder a nivel mundial en esta tecnología que consigue disminuir el miedo de los pacientes, el dolor y la inflamación, gracias al estudio y diagnóstico previo a través de imágenes tridimensionales.
Las nuevas tecnologías y programas informáticos permiten conseguir imágenes tridimensionales de la boca y las piezas bucales con sumo detalle. Sobre estas imágenes tridimensionales los odontólogos pueden trabajar como si de la misma boca fuera, de modo que pueden estudiar, diagnosticar y planificar cómodamente (tanto para ellos como para el paciente) el tratamiento dental que le aplicarán.
Gracias a un TAC y un programa informático especializado, se obtienen imágenes tridimensionales de cada paciente. Una vez se tienen las imágenes, los doctores estudian la mejor posibilidad para luego aplicar la técnica que se adecue a las necesidades concretas de cada caso, lo que mejora la eficacia de la posición de los implantes, reduce el tiempo de intervención, minimiza la inflamación tras la operación y permite la colocación de los dientes en el momento.